SRa

SRa
SRa

jueves, 21 de julio de 2011

SISTEMA RENINA-ANGIOTENSINA-ALDOSTERONA

El SRa es uno de los determinantes mayores en el control del volumen intravascular y de la presión arterial. Estudios recientes aportan evidencias acerca de su papel en la función y en la arquitectura cardiovascular así como en el proceso inflamatorio y en la aterogénesis y, en fin, en una amplia variedad de otros procesos tisulares.

Ha sido demostrado que SRa no tiene sólo una función sistémica bajo el control de la renina de origen renal, sino que coexiste con sistemas locales (completos o parciales) activos en una amplia variedad de tejidos. Dichos sistemas podrían no ser completamente independientes unos de otros, sino más bien interactuar entre ellos. Los SRa locales inciden sobre la concentración de Ang II tisular y celular y parecen estar asociados con acciones fisiológicas y fisiopatológicas clínicamente relevantes en el sistema cardiovascular y otros tejidos. Más aún, la acción directa de la renina tras su unión con su receptor, la existencia de transcriptos de renina, con aparente codificación de una renina intracelu[ar, el descubrimiento de un homólogo de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA2), que da lugar a un aumento de la generación de Ang-(1-7), y el recientemente apreciado papel de la dimerización del receptor de angiotensina en la regulación de su actividad, llevan a la conclusión de que el SRa está sujeto a una regulación compleja y constituye un sistema multifuncional con importantes implicancias tanto dentro como fuera del sistema cardiovascular.


Fisiología del SRa circulatorio

La renina, es una enzima que circula en plasma en dos formas moleculares, una activa, la renina propiamente dicha y otra inactiva, de mayor peso molecular, la prorenina, cuyas proporciones relativas varían considerablemente de acuerdo con diferentes circunstancias y enfermedades. Esta enzima y su precursor son sintetizados y liberados por las células yuxtaglomerulares en la arteriola aferente renal en respuesta a la disminución del volumen intravascuiar, con la consecuente caída de la presión de perfusión, detectada por barorreceptores (mediada por activación adrenoceptora) y por una reducción de la concentración de Na+ en la mácula densa. No obstante, ha sido reconocido que la inervación simpática renal y varias hormonas, entre las que se incluye a la angiotensina 11, vasopresina, prostaglandinas y péptidos natriuréticos, tienen algún efecto modulador sobre su producción. Estudios más recientes han demostrado la influencia del óxido nítrico, de la endotelina y de la adrenomedulina. Es de considerar que los péptidos natriuréticos cardíacos inhiben, en condiciones normales, la secreción de renina.

La renina cataliza la hidrólisis del angiotensinógeno, un péptido de 14 aminoácidos, a Ang I (decapéptido 1-10), el cual es a su vez convertido a Ang II (octapéptido 1-8), por acción de la ECA, localizada en el pulmón y en otros tejidos como el endotelio vascular y los glomérulos renales, entre otros. Ha sido descripta una enzima con efectos similares, cuyo gen está localizado en el cromosoma X, denominada ECA2, que se expresa predominantemente en el endotelio vascular y actúa, al igual que la ECA, sobre la Ang I, aunque su producto de clivaje es una angiotensina 1-9 de la que, a su vez, puede derivar la Ang II, por la acción de la ECA. La ECA2 no es suprimida por los fármacos inhibidores de la ECA.

La Ang II, principal efector del SRA, posee dos efectos principales: la vasoconstricción y la retención de sodio y agua. Ambas acciones están destinadas a revertir la hipovolemia y la hipotensión, que habitualmente son los disparadores de la secreción de renina. Genera una vasoconstricción arteriolar que culmina con el aumento de la presión arterial, al tiempo que facilita las acciones del sistema nervioso simpático a varios niveles e inhibe el tono vagal. Además de estimular la síntesis y secreción de aldosterona, promueve la reabsorción de CINa y de agua en el túbulo proximal, aumenta la sed y el apetito por el Na+ y da lugar a diversas respuestas renales directas. Su interacción con el sistema de péptidos natriuréticos es compleja; así, la infusión de péptido auricular natriurético (PAN) o de péptido natriurético tipo B (PN-B) disminuye la producción de renina y de Ang II, mientras que la administración de Ang II estimula la liberación de PAN y PN-B.

Los efectos de la Ang II son mediados a través de su unión con receptores específicos de los que se han reconocido 2 subtipos, AT1 y AT2. La mayoría de las acciones enumeradas en los párrafos anteriores tiene lugar mediante la activación de los AT1, receptores de membrana acoplados a la proteína G. Pero además se le ha conferido importancia como mediador en la inducción del crecimiento celular (hipertrofia e hiperplasia) mediado por la Ang II a nivel cardiovascular y renal. El papel del receptor AT2, también acoplado a la proteína G, es menos claro aunque ha sido vinculado con fenómenos de vasodilatación y cambios estructurales en el miocardio y en la pared vascular.